El Gobierno de Aragón tiene previsto endurecer las sanciones por comportamientos incívicos que ponen en riesgo la salud de los demás. En éste sentido, se está estudiando que no llevar mascarilla en Aragón podría costar hasta 3.000 euros y la práctica del botellón, hasta 60.000 euros. Ésta modificación de las sanciones será concretada en los próximos días.
Si bien se considera que en general los aragoneses se están comportando adecuadamente tras la vuelta a la normalidad de todo el territorio aragonés el viernes, hay sectores de la población que con su conducta están poniendo en riesgo su salud y la de los demás. Unas conductas que a jucio del Gobierno de Aragón de resultan una manifiesta irresponsabilidad, como los producidos este fin de semana en la zona de El Tubo de Zaragoza o en municipios, coincidiendo con las fechas de fiestas que no se van a celebrar y que, espontáneamente, algunos deciden celebrar.
En declaraciones de Javier Lambán, presidente de Aragón, «No nos va temblar la mano para aplicar este tipo de sanciones«, ya que estas conductas son «absolutamente condenables y merecen sanciones muy duras», dado el dolor y trastorno que está causando la propagación del virus en todas los ámbitos. Lambán ha subrayado que hasta ahora se han producido muchas denuncias y está prevista la aplicación de sanciones, pero el objetivo es endurecerlas, ya que por no llevar mascarilla puede ser de entre 100 y 3.000 euros y no es partidario, ha dicho, de que haya una sanción «testimonial«, tampoco en el caso de las reuniones con más personas de las permitidas o los botellones.
«No podemos permitir que el esfuerzo inmenso que ha hecho este verano la sanidad aragonesa» y de muchos otros profesionales para reconducir los picos epidemiológicos «se dilapide» por la conducta de determinados sectores de la población que por ocio nocturno o familiar «expanden el virus con una frivolidad» que le parece «incomprensible e inaceptable» ha concluido el presidente autonómico.