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El Ayuntamiento de Zaragoza sigue adelante con la restauración del histórico Monumento a la Exposición Hispano-Francesa de 1908, ubicado en el parque José Antonio Labordeta. Este conjunto escultórico, que rinde homenaje al político y empresario aragonés Basilio Paraíso, es una obra de gran valor artístico e histórico. Los trabajos, enmarcados en un plan de conservación patrimonial, tienen como objetivo preservar una pieza clave del legado cultural de la ciudad.
Estado del monumento y objetivos de la restauración
Índice
El Monumento a la Exposición Hispano-Francesa de 1908, inaugurado en 1910, presentaba un importante deterioro debido al paso del tiempo. Entre los daños detectados se encuentran fisuras, oxidación de elementos metálicos, acumulación de suciedad, desprendimientos y ataques bióticos. Estas alteraciones ponían en riesgo la estabilidad y la estética del conjunto escultórico, que combina elementos de bronce, mármol y piedra.
La restauración, adjudicada a Antique SL Restauración de Arte por un importe de 99.870 euros, incluye un análisis exhaustivo de materiales y estructura, así como técnicas específicas de limpieza, consolidación y protección. Un equipo de siete profesionales está llevando a cabo estas tareas, que comenzaron en octubre y se prevé que finalicen en primavera.
Proceso de rehabilitación: técnica y meticulosidad
Los trabajos se dividen en varias fases, abarcando tanto los elementos pétreos como los metálicos. Hasta ahora, se han realizado estudios químicos del metal, ensayos de limpieza, análisis de porosidad y tensiones superficiales. Actualmente, las tareas se centran en la eliminación de grafitis, el tratamiento de fisuras y grietas, la fijación de elementos con resina y la protección de las zonas restauradas.
Además de la limpieza y estabilización, se trabaja en la adecuación cromática para devolver al monumento su aspecto original. Este enfoque asegura que la obra recupere su esplendor mientras se garantiza su durabilidad frente a futuras agresiones ambientales.
Historia de un símbolo de Zaragoza
El monumento, diseñado por los escultores Miguel y Luciano Oslé, con aportaciones del arquitecto Ricardo Magdalena, fue concebido como un homenaje a Basilio Paraíso, figura clave en la organización de la Exposición Hispano-Francesa de 1908. Su diseño combina alegorías de la paz, el comercio y las artes, con figuras de bronce y mármol que simbolizan los valores que inspiraron la muestra internacional.
Originalmente situado en el paseo de Pamplona, el monumento fue trasladado en 1951 a su ubicación actual en el parque José Antonio Labordeta. Este cambio respondió a necesidades urbanísticas, pero el traslado no restó importancia a su papel como emblema cultural de Zaragoza.
Compromiso con el patrimonio de Zaragoza
La restauración del Monumento a la Exposición Hispano-Francesa de 1908 forma parte de un plan más amplio de conservación del patrimonio artístico de Zaragoza. Este esfuerzo incluye actuaciones previas en otros hitos arquitectónicos, como el Teatro Principal o el Palacio de Montemuzo. El Ayuntamiento reafirma así su compromiso con la preservación de la riqueza cultural de la ciudad, garantizando que futuras generaciones puedan disfrutar de estos testimonios históricos.