Los mayores podrán salir de las residencias para estar con sus familias

Los mayores podrán salir de las residencias aragonesas para estar con sus familias, si bien, para evitar trasiegos y riesgos, estas salidas a casa de familiares deberán ser por un periodo mínimo de un mes. En el caso de las personas con discapacidad las salidas serán de 15 días.

De igual forma, se autoriza la apertura a los usuarios de los centros de día (que desde hace un par de semanas ya podían retomar su actividad) y de los hogares de mayores, que hasta ahora estaban ofreciendo, previa petición de cita, determinados servicios a sus usuarios. A partir de ahora, pueden empezar a recibirles e incluso ofrecer el servicio de comedor con condiciones muy estrictas de seguridad, que pasan por la limitación del aforo (por lo que se establecerán franjas de uso), el respeto a una distancia interpersonal de dos metros y las medidas generalizadas de uso de mascarilla, higiene de manos, ventilación y limpieza. Respecto a los cursos de Envejecimiento Activo que se desarrolla en estos centros, se está estudiando cómo llevarlo a cabo y que se quieren recuperar en octubre, pero con cautela reduciendo grupos y ratios. Cabe recordar que los 31 centros que forman la red de hogares de mayores de Aragón fueron los primeros en cerrar sus puertas antes de que se decretara el estado de alarma. Estos centros cuentan con cerca de 110.000 socios.

Respecto a la situación de las personas mayores que viven en alguna de las 288 residencias que hay en Aragón, la medida más novedosa hace referencia a la posibilidad de que los mayores (sin síntomas y que no hayan tenido contacto estrecho con personas sospechosas de tener la enfermedad) puedan salir del centro a visitar a sus familias, si bien estas salidas no pueden ser inferiores a un mes de duración. Se trata de una medida que tiene como finalidad preservar la salud, ponerla por delante y ser muy precavidos, habida cuenta de lo que hemos vivido. Las personas que salgan a convivir durante este periodo con sus familias tendrán la plaza reservada y al regreso deberán realizarse un test para ratificar que son negativo en coronavirus y, en caso de que sea necesario, pasar diez días de aislamiento en los cuales podrán recibir visitas. En el caso de las personas con discapacidad, el tiempo mínimo de salida (con los mismos requisitos) será de 15 días. En ambos casos solo estarán exentas de aislamiento las personas que den negativo en una prueba serológica de alto rendimiento.

Dos visitantes y más tiempo de paseo

Precisamente sobre el régimen de visitas se establecen otras dos novedades: se permiten a los nuevos residentes que estén cumpliendo su periodo de aislamiento y se amplía a dos el número de visitantes. Del mismo modo, se amplía a dos el número de acompañantes en el proceso de morir. Además, la orden hace referencia a la flexibilización del régimen de paseos de las personas que viven en residencias, la eliminación de franjas horarias para disfrutar de ellas, así como su duración y acompañamiento. Para ello, deberán dejar constancia de su responsabilidad a la hora de cumplir con las medidas de seguridad preceptivas.

Una vez ya se admitieron los nuevos ingresos en los centros residenciales hace un mes, la nueva orden recoge los criterios de admisión de nuevos residentes, así como las condiciones que deben reunir los centros para poder recibirles. Desde que el pasado 25 de marzo se permitieron los nuevos ingresos (suspendidos durante la pandemia), 393 personas han sido admitidas en las residencias de Aragón. Dentro de ellas, además, y atendiendo a las nuevas circunstancias y cumpliendo con todos los requisitos de seguridad, higiene y distanciamiento puede reanudarse la utilización de espacios comunes y la realización de actividades en grupo.

Regulación de las intervenciones

Otra de las cuestiones que con texto publicado hoy queda regulada es la intervención de los centros, en caso de que sea necesario para ordenar la reubicación, aislamiento de residentes y traslados si fueran necesarios, apoyar puntualmente a los centros y atribuir a un empleado público la dirección del centro si así lo requieren las circunstancias. Con esta serie de medidas se avanza en el nuevo periodo de normalidad de los centros sociales de Aragón tras la pandemia, que ha obligado al cierre de muchos de ellos o ha restringido la afluencia, en otros.