A partir de las 15:00 horas de este martes 20 de agosto, el Ayuntamiento de Zaragoza restablecerá la circulación habitual en el Coso, tras la finalización de los sondeos arqueológicos que se llevaron a cabo para obtener información relevante para la redacción del proyecto de reforma de dicha calle y la plaza de San Miguel.
Los trabajos arqueológicos, que se dividieron en dos fases, comenzaron en la plaza de San Miguel y, a partir de junio, se trasladaron al Coso. Durante estos meses, las obras obligaron a modificar el trayecto de once líneas de autobús urbano (21, 22, 28, 29, 30, 35, 38, 39, 40, N1 y N5), que esta tarde recuperarán sus recorridos habituales de forma progresiva y en coordinación con la Policía Local.
En el Coso, las tareas se centraron en el tramo entre la plaza de España y la calle de Espartero, donde se abrieron diez sondeos arqueológicos. Estos sondeos revelaron un subsuelo muy alterado por el paso de los años y las infraestructuras. A tres metros de profundidad, se detectó una galería de hormigón construida en las primeras décadas del siglo XX para la conducción de la red de abastecimiento de agua. Cabe destacar que no fue hasta 1979 cuando el Ayuntamiento comenzó a realizar funciones arqueológicas en la ciudad, lo que permitió una mayor sensibilidad y protección del patrimonio.
Entre los 3,5 y 5 metros de profundidad, los sondeos arqueológicos proporcionaron valiosa información sobre la historia de la ciudad. En esta zona del Coso se encuentra el foso extramuros de la muralla romana, colmatado con fragmentos, materiales y tierras de los siglos XII y XIII. Sobre estos se levantan elementos de época bajomedieval de los siglos XIV y XV, como muros y suelos. Estas estructuras medievales están colmatadas por materiales de finales del siglo XV y principios del XVI, que datan el momento de su abandono. A partir de ahí, hacia la superficie, se suceden distintos niveles de infraestructuras y servicios de la época moderna, como la galería de hormigón, vías de antiguos tranvías y pavimentos posteriores.
En la plaza de San Miguel, se abrieron nueve catas (seis en la zona oeste y tres en la este) que arrojaron resultados positivos en cuanto a hallazgos arqueológicos. Se encontraron restos de pavimentos, fragmentos de huesos del cementerio medieval de la Parroquia de San Miguel, y material cerámico y metálico de épocas romanas. Todos los materiales y fragmentos se trasladaron a la sede de Arqueología Municipal en el antiguo Cuartel de Pontoneros para su limpieza, catalogación y estudio. Sin embargo, el estado de conservación de los elementos era precario debido a las condiciones de humedad del terreno, la proximidad al río Huerva y la acción de las raíces de los árboles y las edificaciones.
Aunque no se encontraron estructuras completas, tumbas, fosas o sarcófagos, los sondeos confirmaron que la zona ya estaba habitada en época romana. Según los arqueólogos municipales, estos datos permitirán completar los planos históricos de Zaragoza.
Actualmente, el Ayuntamiento está trabajando en el análisis de todos los materiales y en la elaboración de los informes correspondientes, tanto del área de la plaza de San Miguel como del Coso, para remitirlos a Patrimonio del Gobierno de Aragón. Esta administración tiene la competencia y control sobre los restos arqueológicos y colaborará en el futuro diseño de la reforma de estas áreas urbanas.