pirineos sur 2024
Pirineos Sur

Pirineos Sur pone fin a su trigésima edición con un nuevo sold-out

La última jornada de Pirineos Sur terminó por todo lo alto y firmó el cuarto ‘sold out’ de la edición con las actuaciones de ZAZ y Luisa Sobral sobre el escenario flotante de Lanuza..

Isabelle Geffroy era casi una deuda pendiente de Pirineos Sur. Considerada como una de las renovadoras de la chanson francesa ha sabido crear un estilo propio en el que conviven el gipsy jazz, el pop, el swing o el rock. Y de todo esto hubo un poco en su concierto en Lanuza, que forma parte de su gira: “Organique tour”. Lo que fue toda una sorpresa fue su aparición en escena. Bien es sabido por sus fans, que ZAZ siempre entra al escenario cantando entre el público, pero pocos vieron venir que haría lo mismo en el escenario flotante de Lanuza.

Pero la impactante entrada de la estrella entonando “Les jours heureux” no fue un mero golpe de efecto. “Imagine” y “Si jamais j’oublie” causaron el mismo efecto: entrega total. Porque la cantante francesa tiene un carisma arrollador y cuando llegó el momento de “Qué vendrá”, cuarta canción, el delirio ya imperaba en el Anfiteatro. “Mal valse” sirvió como remanso de paz, con ese aire de chanson clásica.

En una reciente entrevista, Luisa Sobral comentaba que con sus primeros discos no podía bailar son sus hijos porque “su música era demasiado triste”. Decidió que su nuevo trabajo sería más alegre. Así suena el espléndido “DanSando”, pero el concierto de la portuguesa se movió cómodamente entre los dos sentimientos.

Comenzó suavemente alternado viejos temas (“Quero morar numa cançao”, “Maria do mar”) y nuevos (“Festa anticipada”, “Nao foste tu)”, para ir cogiendo vuelo poco a poco. Con los tambores casi militarea de “Ha guerra” el concierto fue ganado intensidad y la artista, cada vez más suelta, explicó el contexto de la mayoría de las canciones: el amor de una pareja en “Só um beijo”, su versión de “Me gustas tanto” llamada “Gosto de ti” o la reivindicación feminista de “Serei sempre uma mulher”. “O cuadro que pintei” cerró con el público en pie y cantando con la portuguesa. Un concierto cálido y reconfortante como un susurro de alguien muy cercano.