El Centro de Historias de Zaragoza acoge la exposición ‘Una ciudad en la crisálida. Zaragoza y sus espacios-proyección (1969-1979)‘, una visión de la Zaragoza de los setenta a través de espacios urbanos clave en el despertar cultural y social de la ciudad en los últimos años de la dictadura, como son el Café Levante, Casa Emilio y Bar Bonanza. La exposición ‘Una ciudad en la crisálida. Zaragoza y sus espacios-proyección (1969-1979)‘ se podrá visitar hasta el próximo mes de mayo en la sala de exposiciones del Centro de Historias de Zaragoza.
En el paso de los años 60 a los 70 se atisbaba algo de luz al final del túnel de la dictadura franquista. Signos de modernidad y de reivindicación llegaban a una Zaragoza aún en blanco y negro, en la que convivía la radio en FM de la base americana con las calles embarradas. Muchos espacios urbanos serán escenario de acciones de rebeldía y acogerán voluntades de cambio en lo estético, en lo ideológico, en lo vivencial… Entre ellos, tres establecimientos, como son el restaurente Casa Emilio, el Cafe de Levante y el bar Bonanza, aportaron sociabilidad, inquietud y creatividad. Lugares para el diálogo, espacios-proyección.
La primera propuesta expositiva introduce al visitante en la década de 1970, explicándola como un contradictorio tiempo de cambios y permanencias, y mostrando una Zaragoza cuyo crecimiento desmesurado la ha hecho una extraña para sí misma (presuntamente moderna pero con un notable sustrato rural). La ciudad es escenario, y así se muestra, de contestación a la dictadura por parte del movimiento obrero y vecinal, el feminismo, la Universidad, los profesionales, el nuevo papel de la Iglesia, y los impulsos destinados a “recuperar Aragón”, como parte de esas interpelaciones democráticas (canción popular, semanas culturales, Andalán, etc.). En esta sala se concede un protagonismo especial al restaurante Casa Emilio, cuyas paredes acogieron muchas de esas inquietudes políticas y sociales, llevándolas también hacia lo cultural.
Enlazando con lo anterior, la segunda sala se inicia con la idea de la cultura transformadora, poniendo el acento en lo que significó el Centro Pignatelli. A partir de ahí, y con un predominio de lo visual (artes plásticas, cine…), la sala se concentra en mostrar una idea de “ruptura de barreras”, de ocupación “desde abajo” de espacios tradicionalmente asignados a las clases dominantes. La noche o el underground completan un compendio de vivencias, actitudes y estéticas a las que, en lo que tiene de singular y de santuario para cierta bohemia zaragozana, representa el bar Bonanza.
Finalmente la tercera sala de la exposición ‘Una ciudad en la crisálida. Zaragoza y sus espacios-proyección (1969-1979)‘ nos adentra en el café Levante, como lugar de sosiego, propicio para la tertulia y para la tranquilidad precisa para la creación y la acción. Con el hilo conductor de “la palabra”, las paredes y vitrinas muestran la creatividad ligada al libro y la literatura, el teatro y la música, para plantear de nuevo la reivindicación de espacios desde lo popular y lo participativo (fiestas, barrios, Asamblea de Cultura, llegada de la democracia al Ayuntamiento). La calle como espacio ganado por la ciudadanía contiene un carácter de epílogo (la ruptura de la crisálida), que introduce a una nueva década, la de los ochenta, que visibiliza y trasciende esos impulsos protagonistas de la exposición.
La exposición ‘Una ciudad en la crisálida. Zaragoza y sus espacios-proyección (1969-1979)‘ estará abierta al público con acceso libre del 5 de abril al 10 de mayo de 2018 en la planta baja del Centro de Historias de Zaragoza, en horario de 10 a 14 y de 17 a 21 h. de martes a sábado y de 10 a 14:30 h. los domingos y festivos. Los lunes permanece cerrado.