Espectáculos

Caleidoscopio, «Queríamos trasladar al público a un museo donde las pinturas cobran vida»

En torno al Concierto en Familia 'Escuchando los cuadros de una exposición"

El Auditorio de Zaragoza acogió ayer 22 de marzo una nueva edición de Concierto en Familia, un espectáculo que combina música y teatro para el público familiar. Caleidoscopio Teatro y la Orquesta Sinfónica de Zaragoza presentaron Escuchando los cuadros de una exposición, una propuesta inspirada en la obra de Modest Mussorgski.

Un museo donde las pinturas cobran vida

Desde Caleidoscopio Teatro, explicaron que el formato de concierto en familia permite que los niños descubran la música en un entorno más distendido. «Para muchos, esta puede ser una de las primeras oportunidades que tienen de disfrutar de un espectáculo con música en vivo«, señalaron. A diferencia de las funciones escolares, en estas sesiones los pequeños asisten con sus familias, lo que genera una experiencia diferente, en la que pueden reaccionar de forma espontánea.

El espectáculo giró en torno a la idea de un museo en el que las pinturas cobran vida. «Cada movimiento de la obra refleja la emoción que Mussorgski sintió al contemplar esos cuadros«, explicaron desde la compañía. En escena, el teatro visual se combina con la música en directo para transportar a los espectadores a un universo donde los cuadros se transforman, cambian de tamaño e incluso escapan de sus marcos.

La apuesta de Caleidoscopio Teatro por el humor y la teatralidad

Uno de los elementos más característicos del montaje ha sido la utilización del clown como recurso narrativo. «Hemos trabajado especialmente con esta técnica, creando personajes que interactúan con el público y aportan un tono divertido«, destacaron. Junto a esto, la puesta en escena incorpora máscaras, muñecos y otros elementos visuales que potencian la expresividad de la función.

Uno de los momentos clave del espectáculo es la presentación de los instrumentos de la orquesta, un punto de conexión con el público infantil. «Los niños escuchan con atención y miran cada instrumento como si fuera algo extraño y fascinante«, comentaron los integrantes de la compañía. Ese asombro sirvió como hilo conductor para mantener su interés durante toda la obra.

El espectáculo evoluciona hacia un desenlace de gran impacto sonoro y visual. «Queríamos que la puesta en escena estuviera a la altura del final de Cuadros de una exposición«, señalaron. Con La gran puerta de Kiev como clímax, el concierto cerró con una interpretación grandiosa que consolidó la magia de la experiencia.

Entrevista con Caleidoscopio Teatro

Para quienes no conocen el concepto de «concierto en familia», ¿qué aporta al público este formato?

El concierto en familia es una iniciativa que llevamos desarrollando en varias ediciones junto a la Sinfónica Ciudad de Zaragoza. Se trata de un acercamiento tanto a la música como al teatro, con un fuerte componente pedagógico. Para muchos niños, esta puede ser una de las primeras oportunidades que tienen de disfrutar de un espectáculo con música en vivo. Además, el ambiente es diferente al de una función escolar, porque vienen acompañados de sus padres, hermanos o abuelos. Es un entorno más relajado, con comentarios espontáneos de los pequeños que enriquecen la experiencia.

Este año presentan Escuchando los cuadros de una exposición. ¿Qué historia cuenta este espectáculo?

Está inspirado en la obra de Mussorgski, quien compuso esta pieza tras visitar la exposición póstuma de su amigo Viktor Hartmann. Cada movimiento de la obra refleja la emoción que el compositor sintió al contemplar esos cuadros. En nuestro montaje, queremos trasladar al público a un museo en el que las pinturas cobran vida, cambian de tamaño o incluso se escapan de sus marcos. Es una combinación de teatro visual y música en directo que invita a jugar con la imaginación.

¿Qué sello ha aportado Caleidoscopio Teatro a este concierto?

En esta ocasión, hemos trabajado especialmente con la técnica del clown, creando personajes que interactúan con el público y aportan un tono divertido. También hay una gran riqueza visual con máscaras, muñecos y elementos escénicos que hacen que cada escena tenga un fuerte impacto estético. Aunque en otras producciones hemos utilizado más marionetas, aquí hemos apostado por una puesta en escena más centrada en la interpretación actoral y el humor.

Uno de los aspectos más destacados del espectáculo es su capacidad para captar la atención del público infantil. ¿Cómo logran que los niños se sumerjan en la historia?

Hemos observado que hay un momento clave en el espectáculo: cuando se presentan los instrumentos de la orquesta. Los niños escuchan con atención y miran cada instrumento como si fuera algo extraño y fascinante. Ese asombro es lo que buscamos mantener a lo largo de toda la función, con escenas dinámicas, colores llamativos y música que evoca diferentes emociones.

La obra de Mussorgski tiene momentos de gran intensidad musical. ¿Cómo se ha trabajado la adaptación escénica de estos pasajes?

El final de Cuadros de una exposición es grandioso, y queríamos que la puesta en escena estuviera a la altura. Hay una evolución a lo largo del espectáculo, desde momentos más lúdicos hasta un clímax visual y sonoro en La gran puerta de Kiev. La dirección de Juan Luis Martínez y la adaptación de Rodrigo han logrado una versión que mantiene la esencia de la obra original y la hace accesible para todo el público.

¿Qué importancia tienen estos espectáculos para fomentar el interés por la música y el teatro desde la infancia?

Son fundamentales. Creemos que debería haber más producciones de este tipo, porque generan un primer contacto con la música sinfónica y el teatro en un contexto accesible y entretenido. Cuando un niño descubre la magia de un instrumento en directo o se sumerge en una historia contada con imágenes y sonidos, se abre la puerta a un interés que puede acompañarlo toda la vida.

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