El Bosque Sonoro, festival cultural que durante los últimos cuatro años ha dinamizado la localidad zaragozana de Mozota, anuncia el cierre de una etapa con la celebración de su quinta edición, la cual tendrá lugar este fin de semana. Esta edición, que ha alcanzado un éxito rotundo en cuanto a la venta de entradas, marcará el final de un ciclo marcado por la pasión por la cultura y el desarrollo rural.
Un proyecto gestado en tiempos adversos
En plena pandemia de 2020, la iniciativa de tres vecinos de Mozota de recuperar un espacio natural de su infancia para convertirlo en un escenario cultural tomó forma. Lo que surgió como una respuesta a la adversidad se consolidó como un referente cultural, atrayendo a artistas de renombre nacional e internacional como Iván Ferreiro, Los Planetas o Viva Suecia.Una despedida memorableLa quinta edición del Bosque Sonoro se presenta como una despedida por todo lo alto. El cartel del festival incluye a artistas de la talla de Luz Casal y Rodrigo Cuevas, quienes inaugurarán el evento el viernes. El sábado será el turno de El Kanka y Depedro, mientras que el broche de oro lo pondrá Amaral con un concierto íntimo para 2.000 personas el domingo.
Un nuevo rumbo para El Bosque Sonoro
A pesar del éxito cosechado en Mozota, la organización del festival ha decidido emprender un nuevo camino. «Buscamos que El Bosque Sonoro explore un nuevo rumbo y continúe evolucionando», explica Víctor Domínguez, portavoz de la asociación. «Confiamos en que el mismo impulso que ha tenido aquí pueda servir para crear nuevas propuestas culturales en otros lugares«.
OCRE: La cultura como motor del desarrollo rural
Detrás de El Bosque Sonoro se encuentra OCRE, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la promoción cultural en el entorno rural. OCRE ha sido la artífice de otros proyectos culturales de éxito como el Festival de las Artes de Ayerbe Brizna o Doña Festival.
El futuro: formación, investigación y compromiso
En su apuesta por la evolución, OCRE ha dado un salto hacia la formación, participando en foros y proyectos de investigación, además de crear un curso junto a la Universidad de Zaragoza sobre metodologías para el desarrollo de proyectos culturales en entornos rurales.
Un legado que perdura
El Bosque Sonoro se despide de Mozota, pero su legado perdura. El festival ha demostrado que la cultura es un motor fundamental para el desarrollo rural y ha abierto la puerta a nuevas iniciativas que seguirán llenando de vida los pueblos de Aragón.
Más allá del evento en sí, el Bosque Sonoro ha servido como plataforma para la reflexión y el debate sobre el papel de la cultura en el desarrollo rural. El festival ha demostrado que la cultura no solo es un elemento de ocio, sino también una herramienta poderosa para la transformación social y económica de las comunidades rurales.
Es de esperar que la experiencia y el conocimiento adquiridos durante estos cuatro años en Mozota sirvan de base para el desarrollo de nuevos proyectos culturales innovadores y exitosos en otros entornos rurales.