 
						Representación de Don Juan Tenorio en el Cementerio de Torrero
A cargo de los alumnos de la Escuela Municipal de Teatro
El Cementerio Antiguo de Torrero acogerá el próximo 31 de octubre a las 19:00 horas la propuesta teatral Don Juan: Molière vs Zorrilla, una lectura dramatizada de Don Juan Tenorio a cargo de los alumnos de 2.º curso de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza, bajo la dirección de Alicia Rabadán.
La representación, de entrada libre, tendrá lugar en la Plaza de la Paz del complejo funerario y forma parte de las actividades culturales previas a la festividad de Todos los Santos en el Cementerio de Torrero
Dos autores, un mismo mito
La lectura plantea un diálogo escénico entre las dos visiones más conocidas del mito de Don Juan: la del dramaturgo francés Molière y la del poeta español José Zorrilla. Bajo el título Don Juan: Molière vs Zorrilla, los intérpretes ofrecerán fragmentos de ambos textos, permitiendo al público descubrir las diferencias entre el libertino burlón del teatro clásico francés y el seductor romántico que busca la redención en la versión española.
La propuesta, guiada por Alicia Rabadán, cuenta con la colaboración de Marisa Nolla, María Pérez, Anabel Hernández y Lucía Neula, así como la ayuda en dramaturgia de Miguel Ángel Mañas. El montaje combina el tono solemne del cementerio con una lectura dramatizada que invita a reflexionar sobre la moral, el deseo y la salvación.
Don Juan Tenorio y la festividad de Todos los Santos
Cada año, al acercarse el Día de Todos los Santos (1 de noviembre), una tradición teatral ineludible revive en España: la representación del drama romántico «Don Juan Tenorio» de José Zorrilla (1844). Lejos de ser una coincidencia, esta costumbre está profundamente arraigada en los temas y la estructura de la obra, convirtiéndola en el telón de fondo perfecto para la reflexión sobre la vida y la muerte.
«Don Juan Tenorio» relata la historia del legendario seductor y blasfemo Don Juan, quien, tras ganar una macabra apuesta con Don Luis Mejía sobre quién lograría más conquistas y duelos en un año, se propone seducir a la inocente novicia Doña Inés de Ulloa. Contra todo pronóstico, Don Juan se enamora perdidamente de Inés, pero sus crímenes lo alcanzan. La obra culmina en una segunda parte ambientada en un siniestro cementerio donde las estatuas de sus víctimas, incluyendo la de Doña Inés, cobran vida.
El nexo principal con la festividad de Todos los Santos —día dedicado a honrar a los difuntos y meditar sobre la vida eterna— reside precisamente en los elementos sobrenaturales y ultraterrenales de su acto final. Es en el cementerio, entre sepulcros y apariciones fantasmagóricas, donde el impío Don Juan tiene la oportunidad de arrepentirse y lograr la redención de su alma gracias al amor incondicional de Doña Inés, quien intercede por él desde el más allá.
Temas como la muerte, el destino, el arrepentimiento y la salvación, con la presencia de ánimas y espectros, resonaron fuertemente con el espíritu de la festividad de los difuntos, estableciendo desde mediados del siglo XIX la tradición de su representación en la víspera o el propio día 1 de noviembre.



