Diez pueblos de la provincia de Zaragoza que te van a sorprender

Sin salir de la provincia de Zaragoza podemos encontrar pueblos de una belleza fuera de toda duda, que son conocidos prácticamente por todos y que merecen, sin duda, más de una visita. Pueblos como Sos del Rey Católico, Anento, Tarazona, Uncastillo, Daroca, Borja, Belchite viejo o Calatayud son sólo algunos de ellos.

Pero a parte de éstos, hay otros muchos, que posiblemente sean menos conocidos, pero que a buen seguro podemos incluirlos en cualquier escapada o ruta por nuestra provincia y que nos van a sorprender por muchos motivos. Localidades que en muchos casos son pueblos de pequeño tamaño y que esconden entre sus calles o en su entorno natural lugares que no nos esperábamos encontrar y que ya por sí solos son dignos de visitar.

Además de contar con la ventaja que no necesitamos hacer un gran viaje, ni irnos muy lejos de Zaragoza. Tan sólo necesitamos ganas de descubrir nuevos entornos, coger nuestro vehículo y salir a pasar el día fuera de casa para conocer nuestra provincia.

Pueblos de Zaragoza que te van a sorprender

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ALMONACID DE LA CUBA

Comarca Campo de Belchite Distancia a Zaragoza 59 kms.	Almonacid de la Cuba es un pequeño pueblo cerca de Belchite bañado por las aguas del río Aguasvivas en el que podemos ver su presa romana, construida en el s.I. Con 34 metros de altura es la presa de mayor altura de todas las presas romanas que se conservan en el mundo, y la tenemos a menos de una hora de Zaragoza. Para visitarla de cerca, se han habilitado una serie de pasarelas (entrada 3€, duración de la visita 1’30 h. El casco urbano del pueblo está ubicado en la ladera de un cerro, lo que lo dota de una belleza visual a tener en cuenta en la visita.

EL FRAGO

Comarca Cinco Villas Distancia a Zaragoza 79 kms.	Pequeño pueblo situado en las faldas del prepirineo. Ideal para disfrutar de la naturaleza en familia. Ubicado en lo alto de un cerro, su casco urbano de tipo medieval invita a recorrer sus calles de forma pausada. Destaca su legado judío representado en la inscripción hebrea de la tumba del rabí Yom Tob en una fachada de la calle Trévedes y en su judería, englobada dentro del Espacio Sefarad de la DPZ, el Terrao (o Terrau), la Iglesia de San Nicolás de Bari de estilo Románico o el Pozo Zarrampullo.