Con la llegada de 2023 muchos son los propósitos a los que nos encomendamos para el nuevo año. Y a buen seguro que entre estos propósitos del nuevo año se encuentra para muchos de nosotros el de viajar.
Y si de viajar se trata, la opción que más a mano tenemos es descubrir la provincia de Zaragoza, donde es posible encontrar numerosas opciones para disfrutar de la naturaleza, el arte, cultura o gastronomía. Y así nos lo propone la Diputación Provincial de Zaragoza a través de una publicación en sus redes sociales, en la que nos propone doce lugares en la provincia de Zaragoza que tenemos que visitar en 2023.
12 lugares de la provincia de Zaragoza para visitar en 2023
Índice
Embalse de Moneva
Justo en el lugar en el que el río Aguasvivas abandona el Sistema Ibérico para entrar en el valle del Ebro se erige la presa de Moneva, una obra de ingeniería de gran calibre proyectada en 1906 y en funcionamiento desde 1929, construida para dar riego a la vega del río y al olivar de Belchite. Aunque a día de hoy contamos con obras hidráulicas mucho más espectaculares, esta presa tiene unas dimensiones impresionantes para la época en la que fue construida.
La masa de agua que represa el embalse de Moneva linda con los términos municipales de Samper del Salz, Moyuela y Moneva (comarca Campo de Belchite). Ocupa una extensión de 100 hectáreas de superficie y 10 hectómetros cúbicos de volumen. La presa está construida por gravedad, tiene una planta curva con un radio de 300 metros, su altura sobre el cauce es de 33 metros y su cota máxima son 583,67 metros sobre el nivel del mar.
Parque natural de Muel
El Parque Natural de Muel es un lugar idóneo para disfrutar de un día en familia, con amigos, en pareja o de forma individual, y a poco más de 20 minutos de Zaragoza capital. Cuenta con varias pasarelas, un zona ajardinada y varios merenderos, donde el sonido del agua de las cascadas contra las rocas genera un ambiente de tranquilidad, donde el río Huerva se vuelve salvaje con cascadas de varios metros de altitud y una poza que nos recuerdan, salvando las distancias, al Monasterio de Piedra.
También podemos encontrar la resa Romana de Muel, una de las de mayor tamaño del Imperio Romano y que llega a alcanzar los 11 m. de altura. Sobre ella se levanta la ermita de la Virgen de la Fuente, donde pueden contemplarse una serie de pinturas de Goya, representando las figuras de los cuatro Padres de la Iglesia: San Gregorio Magno, San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo.
Los Bañales
La antigua ciudad romana de Los Bañales. debió formar parte del territorio que los textos clásicos atribuyen a los Vascones, un pueblo que ocupó los territorios de la actual Navarra y las Cinco Villas de Aragón. El yacimiento romano de Los Bañales se encuentra en el término municipal de Uncastillo, muy próximo a la localidad de Layana.
Hasta el momento sólo ha sido estudiado con detalle su sistema hidráulico, dotado de unas monumentales termas, construidas a finales del siglo I d. C, y de un acueducto que transportaba el agua a la ciudad desde un posible embalse próximo.
La ciudad de Los Bañales debió pertenecer a la jurisdicción de Caesaraugusta, formando parte del territorio que los textos clásicos atribuyen a los Vascones, un pueblo que ocupó los territorios de la actual Navarra y las Cinco Villas de Aragón hasta el río Gállego.
En la actualidad, el yacimiento es objeto de un Plan de Investigación encargado por la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón a la Fundación Uncastillo. A lo largo del año se organizan varias jornadas de puertas abiertas en las que el propio equipo científico del proyecto te guiará y te mostrará esta magnífica ciudad romana con foro, termas, espacios domésticos y un sensacional acueducto de abastecimiento de agua.
Monasterio de Veruela
El Real Monasterio de Santa María de Veruela (este es el nombre completo) fue la primera fundación de la Orden Cisterciense en el Reino de Aragón (s. XII). A lo largo de ocho siglos vivió múltiples transformaciones hasta que tras su desamortización en 1.835 fue abandonado. En 1.877 se estableció en el monasterio la Compañía de Jesús que se encargó de su cuidado hasta 1.975.
Como muchos de estos edificios religiosos, el concepto del mismo era muy funcional, y su ubicación, ideal para lograr la paz interior y el recogimiento (lugar aislado y solitario) pero a la vez con agua y recursos para el cultivo y el trabajo. La austeridad y simplicidad decorativa de estos monasterios contrasta con su hermosura visual y su belleza singular.
La visita del monasterio transcurre por diferentes estancias, y va desde el claustro (s. XIV) hasta la iglesia abacial (s. XII-XIII), pasando por diferentes salas y dependencias, tales como la sala capitular, abacial, de los monjes, el refectorio, la cocina, la cilla, el lavabo o el armarium o despensa.
El monasterio desarrolla una intensa actividad cultural a lo largo del año, con conciertos, exposiciones, teatro o eventos concretos. Cualquier acto se engrandece en este imponente escenario.
Sierra de Algairén
Se trata de una de las Sierras principales del Sistema Ibérico, que comparten las comarcas de Calatayud, Valdejalón y el Campo de Cariñena.
La Sierra de Algairén se ubica en el piamonte norte del Sistema Ibérico, constituye un gigantesco glacis con un desarrollo longitudinal de unos 15 km, y una extensión de unos 300 Km2. Este glacis desciende suavemente de los 700 a los 400 m.
Al no haber sido explotada, permite que podamos encontrar una variada vegetación con especies arbóreas tales como: pinos, encinas, alcornoques, castaños, robles, arces o chopos negros, que hacen del otoño una auténtica explosión de colores. Especies singulares como el rusco y hierbas como las prímulas, ranúnculos, narcisos, etc, y especies micológicas variadas entre las que se encuentra el tan preciado rebollón.
Los cerros y valles del Mosomero y Tiermas, ofrecen al visitante numerosas rutas y excursiones que cumplirán sobradamente las expectativas de los amantes del senderismo, la bici de montaña, etc.
En cuanto a la fauna son pobladores, tejones, ginetas, zorros y jabalíes, rapaces como el águila real, el águila perdicera, el buitre leonado, el buho, la lechuza, o el autillo.
Aguarales de Valpalmas
A dos kilómetros de Valpalmas encontrarás un paisaje de formaciones geológicas de lo más curiosas: los Aguarales de Valdemilaz. Es una zona arcillosa en la que la erosión del agua ha originado unas figuras cuya misteriosa belleza te atrapará al instante.
Este proceso ha generado curiosas formas que recuerdan, en menor escala, a las famosas chimeneas de hadas que se pueden ver en el Valle de Göreme (Capadocia, Turquía).
El acceso se realiza desde la carretera que une Valpalmas con Piedratajada, a través de una pista que se puede hacer tanto en coche como andando. La ruta desde este punto tiene tan solo dos kilómetros de ida y resulta muy cómoda de ambas formas. Podrás dejar el coche al lado y pasear tranquilamente entre estas curiosas formaciones rocosas.
Los Badlands de los Aguarales de Valpalmas tienen además un gran interés geológico. Se trata de una zona en la que ha actuado un proceso de erosión muy especial, conocido como ‘piping’, que disuelve la roca en el subsuelo creando tuberías y pequeños abarrancamientos.
Embalse de Ribarroja en Fayón
Se trata de un embalse creado a mediados de la década de los 60 tras la construcción de una presa en el municipio tarraconense de Riba-roja d’Ebre que embalsa las aguas del Ebro a su paso por esta zona. El pantano de Ribarroja posee una longitud de 38 km que se extienden en el terreno fronterizo entre las regiones de Aragón y Cataluña.
La puesta en marcha de este embalse supuso la inundación de varios pueblos aragoneses y como consecuencia de ello los vecinos de localidades como Fayón se vieron obligados a abandonar el que hasta entonces había sido su hogar. Este municipio quedó totalmente sumergido bajo las aguas del Ebro y el núcleo urbano de la localidad se desplazó a un emplazamiento cercano en el que se erigió de nuevo el pueblo de Fayón. Como vestigio del antiguo pueblo se asoma, especialmente durante los meses de verano, sobre las aguas del embalse la torre de la iglesia parroquial.
A pesar de las pérdidas que la construcción de este embalse supuso para los vecinos de Fayón, lo cierto es que en la actualidad se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la zona, ya que en él es posible practicar deportes náuticos como windsurf y, especialmente, el piragüismo. Además, la rica biodiversidad del entorno ha hecho que este embalse sea un referente para los aficionados a la ornitología. Entre las especies que es posible avistar en este entorno destacan la garcilla bueyera, el avetorillo o la garza real, entre otras. Asimismo, en el entorno del embalse se han puesto en marcha varias zonas de acampada que permiten disfrutar de este entorno natural único y que se han convertido en un reclamo para los amantes del turismo rural.
Cervera de la Cañada
Pequeña localidad cercana a Calatayud y emplazada en pleno valle del río Ribota, donde destaca la Iglesia de Santa Tecla, uno de los máximos exponentes del mudéjar en Aragón.
Sobre las ruinas de un antiguo castillo, en la zona más alta del caserío y en un mirador excepcional entre la sierra de Armantes y el valle del Ribota encontramos uno de los emblemas del mudéjar aragonés: la iglesia de Santa Tecla o de Nuestra Señora de la Asunción, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2001 por su estilo único en el mundo, por su magnífica conservación y por su belleza inigualable.
Esta iglesia fortaleza de una sola nave es una de las obras más significativas, y que con mayor integridad ha llegado a nuestros días, de uno de los dos maestros de obra mudéjar más representativo del medievo aragonés: Mahoma Rami. Conocido como el maestro de obras del gran mecenas aragonés Pedro Martínez de Luna, Pontífice Benedicto XIII, el «Papa Luna», su presencia es constante en todo el señorío de los Luna desde los años finales del siglo XIV y toda la primera mitad del siglo XV.
El Castellar en Torres de Berrellén
Los montes del Castellar se localizan en la margen izquierda del río Ebro, vigilando desde lo alto el municipio de Torres de Berrellén. Han sido catalogados como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Además, está declarado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
El sistema rocoso que los comprende es un buen ejemplo de muelas. Es decir, de elevaciones del terreno en forma de mesetas que se van generando con la erosión del río. Se caracteriza por sus escarpes compuestos de yesos, calizas y rocas de alta salinidad, que poco a poco se van derrumbando por la fragilidad de estos materiales y la proximidad del Ebro, que ablanda estos componentes a su paso por la zona.
Destaca las ruinas del castillo de El Castellar, enclave fundamental durante la reconquista de Zaragoza, y la Ermita de Nuestra Señora del Castellar. Visible desde muchos puntos de la comarca, es un símbolo más de la Ribera Alta del Ebro.
Gran parte de los montes de El Castellar se encuentran dentro del Campo de Maniobras de San Gregorio, por lo que su paso está restringido, pero merece la pena ir hasta Torres de Berrellén y subir a la barca del Castellar y observar desde ella todo el escarpe montañoso de la otra orilla, al mismo tiempo que se puede visitar la desembocadura del río Jalón, cercana a la ubicación de la barca.
Pueblo viejo de Rodén
Si pensamos en un pueblo aragonés relacionado con la Guerra Civil seguro que muchos pensamos en Belchite, pero no menos dramático es el caso de Rodén, un pequeño pueblo junto a Fuentes de Ebro. Recorrer sus calles entre escombros es encontrarnos un pueblo desmantelado durante la guerra aprovechando puertas, vigas o madera para las trincheras del frente de batalla. Destaca la iglesia de San Martín de Rodén, cuya torre está siendo consolidada para evitar su ruina definitiva. Sin duda, un lugar que visitar para comprender nuestro pasado y las consecuencias de las guerras.
Monasterio de Rueda
El Real Monasterio de Nuestra Señora de Rueda es uno de los máximos exponentes de la orden cisterciense en Aragón, junto con Veruela, Piedra y Casbas.
Se asienta en la vereda del río Ebro, a medio camino de las nobles villas de Sástago y Escatrón. En 1182 el monarca Alfonso II otorga la villa y el castillo de Escatrón al Císter, de forma que los monjes pronto comienzan la construcción del monasterio. Las obras comienzan en 1202, alargándose hasta el s XIV, cuando se concluye la fábrica medieval del conjunto y se eleva su esbelta torre mudéjar. El templo es consagrado 1238.
Agua y tierra, frondosos bosques y silencio… son los elementos que los monjes de hábito blanco buscan a la hora de fundar un monasterio.
La orden del Císter basa su vida en la oración, el cultivo de la tierra y el agua que irriga los fértiles campos, y Rueda no es la excepción: su único complejo norial, junto con el acueducto y los canales que hace siglos llenaron con el arrullo del agua la cotidiana vitae de los monjes, vuelven a acompañarnos en nuestros días.
En cuanto a su arquitectura, el Monasterio de Rueda mantiene esta condición cisterciense de arquitectura humilde, alejada de la ostentación de Cluny. El conjunto presenta la planta típica del Císter debido a que la edificación fue realizada por los propios monjes, siendo de hecho los abades del mismo los arquitectos encargados de las obras.
Molino de Malanquilla
El molino de viento de Malanquilla, apodado como «EL MACHO» de los molinos de viento y pionero de la Mancha Aragonesa es el emblema de la localidad. Sin duda, es el elemento de su patrimonio artístico más singular y con el que se sienten identificados todos sus habitantes. No es de extrañar que figure en el escudo y la bandera de Malanquilla.
Se ubica sobre un pequeño cerro poco antes de alcanzar el casco urbano accediendo desde la nacional entre Calatayud y Soria. Emplazado a 300 metros de la carretera, un camino permite la aproximación hasta el molino visible en todo momento.
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