Los Victorinos Zaragoza
Tapear en Zaragoza: Los Victorinos

La completa barra de tapas de este histórico del tapeo en Zaragoza

El bar Los Victorinos, situado en la calle José de la Hera, 6, en pleno Casco Histórico de Zaragoza, se ha consolidado como uno de los puntos de referencia para los amantes del tapeo en la ciudad. Este establecimiento, que cuenta con una tradición de más de cinco décadas, es conocido por ofrecer una barra de tapas que destaca tanto por su variedad como por la calidad de sus ingredientes.

Una barra que deleita a los amantes del tapeo en Zaragoza

Desde su apertura en 1969, Los Victorinos ha mantenido su compromiso con la cocina casera y el uso de productos de calidad. La barra de tapas que presenta este clásico bar es una muestra del esmero que su equipo dedica a la elaboración de cada plato. Julián Palomares, actual responsable del local, ha sabido mantener la tradición familiar y adaptarse a las nuevas tendencias del tapeo sin perder la esencia que caracteriza al establecimiento.

Entre las tapas que se pueden degustar en Los Victorinos, destacan algunas de sus propuestas más reconocidas: “albóndigas de la abuela”, “huevos escalfados con trufa blanca de Piamonte” y “croquetas de cocido”. Estas tapas, de sabor intenso y preparación cuidada, son solo una parte de la amplia selección que ofrece el local.

La variedad es otro de los puntos fuertes de la barra. Los visitantes pueden encontrar tapas como “pulpo elaborado a nuestra manera”, “migas aragonesas”, “longaniza con huevo de codorniz” y “codornices escabechadas con frambuesa”. Cada una de estas opciones busca resaltar los sabores tradicionales aragoneses y aportar un toque distintivo que sorprenda al comensal.

Tapas caseras y propuestas innovadoras en el Casco Histórico

El bar Los Victorinos también es conocido por sus tapas que combinan creatividad y tradición, como el “canelón de queso gruyere con bacalao y trufa blanca” o la “croqueta de brandada de bacalao”. Otra opción que destaca es la “sinfonía con foie”, que se presenta como un guiño a la cocina de autor y demuestra el cuidado en la selección de los ingredientes.

La barra también incluye delicias como “la ternera picante”, “montadito de queso Radiquero con trompetilla negra” y “el pimiento relleno de toro”. Esta diversidad permite que cada cliente encuentre su tapa favorita y disfrute de una experiencia gastronómica completa en el corazón de Zaragoza.

Aquí tenemos dos croquetas de cocido, las de la casa, y de boletus”, comenta Palomares en sus redes sociales, mientras presenta otras tapas como el “volcán de morcilla” y el “salpicón de marisco”. Estos detalles, expuestos por el responsable del local, refuerzan la calidad y la amplitud de la oferta.

La fama del bar Los Victorinos no se limita solo a sus tapas. La atención personalizada y el ambiente acogedor que ofrece el local contribuyen a que cada visita se convierta en una ocasión especial. Los detalles de la decoración y el esmero en la presentación de las tapas refuerzan la sensación de estar en un lugar que valora la tradición y la autenticidad.

Tradición y actualidad en un entorno único

El establecimiento, ubicado en el entorno de la Plaza Santa Marta, ha sido testigo del paso del tiempo y de la evolución del tapeo en Zaragoza. Pese a los cambios, Los Victorinos ha sabido conservar la esencia que lo hizo famoso desde sus inicios. Julián Palomares, que ha tomado el relevo a cinco generaciones familiares, ha tomado las riendas del bar y continúa el legado con la misma pasión.

Además de su trabajo en Los Victorinos, Palomares lidera otros proyectos gastronómicos, como la Arrocería Rusiente. Esta experiencia le permite aplicar una visión renovada al negocio, aportando ideas que enriquecen la propuesta culinaria del bar sin alterar su esencia tradicional.

Los Victorinos es, sin duda, un punto de referencia para aquellos que buscan tapear en Zaragoza y disfrutar de una cocina casera y cuidada. Su barra, repleta de opciones sabrosas y originales, sigue atrayendo tanto a los zaragozanos como a los visitantes que se adentran en el Casco Histórico en busca de una experiencia auténtica y deliciosa.