
El Museo Pablo Gargallo mejorará su eficiencia energética
El Museo Pablo Gargallo se prepara para acometer importantes mejoras en su eficiencia energética. Con una inversión de 422.140 euros financiada por los fondos europeos Next Generation, estas obras no solo optimizarán la climatización del edificio, sino que también garantizarán la conservación del patrimonio arquitectónico que lo caracteriza.
Una modernización sostenible y respetuosa con el patrimonio
La intervención en el Museo Pablo Gargallo, adjudicada a Eiffage Energía, tiene un plazo de ejecución de cinco meses y busca renovar completamente el sistema de climatización. Actualmente, el edificio carece de un control centralizado, lo que limita la eficiencia energética. Con la sustitución de la bomba de calor por una de mayor rendimiento y la incorporación de sistemas avanzados como el control BMS (Building Management System), se espera un uso más eficiente de los recursos energéticos.
Para minimizar el impacto visual en el interior, se instalarán trasdosados autoportantes de placas de yeso laminado que ocultarán conductos y equipos de climatización. Este enfoque permite conservar las condiciones arquitectónicas originales del museo, garantizando que las mejoras técnicas no afecten la estética ni el valor histórico del inmueble. Además, se ha previsto que los nuevos equipos no incrementen los niveles de ruido, asegurando así el confort de los visitantes.
Un edificio con historia y adaptado al futuro
El actual Museo Pablo Gargallo está ubicado en el Palacio de Argillo, una joya arquitectónica del siglo XVII situada en la Plaza de San Felipe. Desde su construcción en 1659 como residencia nobiliaria, este edificio ha vivido múltiples transformaciones. Declarado Monumento Nacional en 1943, fue adquirido por el Ayuntamiento de Zaragoza en 1977 y convertido en museo en 1985 tras un ambicioso proyecto de restauración.
El museo se dedica a la obra del escultor aragonés Pablo Gargallo, destacando por su colección de piezas en hierro y bronce que exploran la interacción entre espacio y volumen. Su última ampliación en 2007 incrementó un 40% el espacio expositivo, consolidándolo como un referente cultural de la ciudad.
Hoy, el Museo Pablo Gargallo no solo preserva el legado artístico de su protagonista, sino que también se adapta a los desafíos contemporáneos de sostenibilidad. Las mejoras energéticas en curso demuestran el compromiso del Ayuntamiento de Zaragoza con la preservación del patrimonio y el cuidado del medio ambiente, asegurando que este espacio cultural continúe siendo un punto de encuentro para generaciones futuras.
Estas obras representan una apuesta por el equilibrio entre innovación tecnológica y respeto histórico, un avance significativo en la gestión de los recursos culturales de Zaragoza.