
El Ayuntamiento de Zaragoza ha presentado un proyecto para adecuar el interior de La Lonja, uno de los espacios culturales más relevantes de la ciudad. El objetivo es modernizar su sala de exposiciones sin intervenir en la estructura del edificio, que se mantiene intacta por tratarse de un inmueble protegido. Esta actuación se concentrará en la planta calle y busca dotar al espacio de mayor flexibilidad, mejorando la accesibilidad y renovando las instalaciones básicas.
El presupuesto del proyecto asciende a 2.550.000 euros, IVA incluido, y está previsto que las obras se liciten a mediados de 2025. Los trabajos comenzarían en 2026, una vez finalizados todos los trámites de autorización y supervisión por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio del Gobierno de Aragón.
Una nueva distribución interior que respeta el patrimonio
El diseño plantea la creación de un único espacio interior flexible. Los elementos actuales, que dificultan la visión completa de La Lonja, serán sustituidos por módulos expositivos más bajos, desmontables y móviles. Estos permitirán reorganizar el espacio según las necesidades de cada exposición, sin fijarse al suelo ni a la estructura original.
La intervención incluye la reubicación de servicios como aseos, recepción, salas técnicas o vestuarios, que estarán integrados en cuatro volúmenes interiores situados en las esquinas del edificio. Estas “cajas” no tocarán ni las columnas ni los muros de piedra, de forma que se mantendrá la integridad visual y arquitectónica del espacio.
Uno de los elementos más destacados del proyecto es el respeto por la altura de los capiteles de las columnas. Todos los nuevos elementos interiores se mantendrán por debajo de los 2,90 metros de altura. De esta manera, se garantizará que el visitante pueda apreciar los detalles arquitectónicos de la sala hipóstila del siglo XVI.
Además, se instalará una solera tecnificada que permitirá distribuir canalizaciones ocultas por el suelo. Estas alojarán las redes eléctricas, de telecomunicaciones y de seguridad, incluyendo el sistema contra incendios. Esta solución evita cualquier impacto visual y estructural, al tiempo que facilita el mantenimiento y la adaptación futura del espacio.
El sistema expositivo estará compuesto por módulos autoportantes formados por estructuras metálicas revestidas en madera. Incorporarán una bandeja interior para facilitar el paso de instalaciones y su conexión a los nodos eléctricos del nuevo sistema de suelo técnico. Todos estos módulos podrán almacenarse cuando no estén en uso.
Accesibilidad mejorada y recuperación del acceso original
Otro aspecto clave del proyecto es la mejora de la accesibilidad al edificio. La Lonja recuperará su acceso original por la calle Don Jaime, que pasará a ser la entrada principal. Para ello, se desmontará la puerta actual, que será sustituida por una nueva adaptada a la normativa vigente, sin escalones ni elementos que obstaculicen el paso. Se utilizarán materiales metálicos como zinc y acero corten, en consonancia con la estética actual del edificio.
El acceso desde la Plaza del Pilar se mantendrá como opción secundaria para eventos específicos. Este también será reformado para cumplir con los criterios de accesibilidad, eliminando rampas y escaleras invasivas.
Además, el proyecto contempla la reubicación de los sistemas de climatización, ventilación y protección contra incendios en la planta baja. Esta decisión responde a la necesidad de facilitar las tareas de mantenimiento y de integrar todos los sistemas en un espacio más funcional.

Revalorización de un espacio clave en la cultura zaragozana
Con esta reforma, el Ayuntamiento pretende mejorar tanto la experiencia del visitante como la funcionalidad de la sala de exposiciones. La intervención en La Lonja no solo permitirá una mayor versatilidad para organizar muestras artísticas o históricas, sino que también recupera y destaca la importancia arquitectónica del edificio.
El proyecto ofrece un equilibrio entre la preservación del patrimonio y la incorporación de soluciones técnicas modernas. Esta actualización hará posible que La Lonja continúe desempeñando un papel relevante en la programación cultural de Zaragoza, adaptada a las exigencias actuales sin renunciar a su valor histórico.