El Chocolate de Aragón, uno de los productos más emblemáticos de la tradición chocolatera aragonesa, ha sido transformado en un exquisito turrón trufado, ideal para estas fiestas navideñas. Esta creación, que amplía la oferta de dulces navideños, llega de la mano de Pastelería Ascaso, un referente en la repostería aragonesa.
El Chocolate de Aragón: tradición en un nuevo formato
El Chocolate de Aragón, recuperado por Ascaso a partir de una receta de 1857, es el protagonista de esta nueva creación. Este chocolate, que fue mencionado como una de las fórmulas más apreciadas en el siglo XIX tanto en España como en el extranjero, ha sido adaptado a los gustos actuales por los expertos pasteleros de Ascaso.
El resultado es un turrón que combina el sabor intenso del chocolate negro con un 74% de cacao proveniente de plantaciones en Ecuador y Venezuela, junto a notas de canela, vainilla de Tahití, nata y mantequilla. El perfil aromático, rico en matices como madera, especias y grué tostado, promete satisfacer a los paladares más exigentes.
Este turrón de chocolate, además de honrar la herencia culinaria aragonesa, responde a la creciente demanda de productos que destaquen por su pureza y autenticidad, valores que la pastelería defiende desde hace más de 130 años.
Un dulce que conecta historia y modernidad
La elaboración del Chocolate de Aragón es el resultado de más de dos años de investigación por parte de Pastelería Ascaso. Este proyecto, que busca rescatar recetas históricas y darles una nueva vida, refleja el compromiso de la marca con la innovación y el respeto por la tradición.
Además del turrón, los amantes del chocolate pueden disfrutar del Chocolate de Aragón en formatos como tabletas y bombones. Estos productos están disponibles en las tiendas físicas de Ascaso en Huesca, Zaragoza y Madrid, así como en su tienda online.
Un legado de calidad
Con más de un siglo de trayectoria, Pastelería Ascaso se ha consolidado como un referente en la elaboración de dulces artesanos en España. Su filosofía de “pastelería honesta” pone en valor la calidad de las materias primas, trabajando sin conservantes ni colorantes para ofrecer un producto natural y exquisito.
La empresa, ahora en manos de la cuarta generación familiar, combina tradición y modernidad en un obrador de última generación ubicado en la Plataforma Logística de Huesca (PLHUS). Esta infraestructura permite optimizar su producción artesanal, manteniendo los estándares de excelencia que caracterizan a la marca.
Este nuevo turrón trufado no solo es una invitación a disfrutar de un dulce navideño de calidad, sino también a redescubrir un capítulo de la historia gastronómica de Aragón a través de un producto único que evoca el pasado y celebra el presente.