Ocho lugares curiosos a menos de una hora de Zaragoza que van a llamar tu atención (seguro)

Geiser. Pozuelo de Aragón

En realidad no es un geiser propiamente dicho, pero se le parece. Se trata de un pozo artesiano perforado en la pasada década de los 80 con el objeto de encontrar agua. Al llegar a los 325 m. de profundidad se perforó un acuífero de la época jurásica. Desde entonces no han parado de emerger a presión sus aguas a una temperatura de 27,5º. El chorro de agua puede llegar a superar los dos y tres metros de altura.

Las aguas salinizadas han formado alrededor del geiser una capa de tinte rojizo, fruto de la oxidación de la tubería por la que fluye, lo que dota a este lugar de una curiosa belleza.

Acceder al geiser es muy fácil y se puede hacer incluso en coche. La ruta está bien señalizada, tan sólo hay que tomar la carretera desde Pozuelo de Aragón hacia Fuendejalón y a unos 400 m. un camino de tierra perfectamente transitable. En sus inmediaciones se ha instalado un panel explicativo con las características del pozo, que también incluye otros puntos de interés dentro de la comarca, y una zona con bancos y mesas.

El geiser de Pozuelo de Aragón está catalogado como punto de interés geológico de Aragón. Además, las aguas termales que emanan han sido declaradas mineromedicinales.

Antiguo Seminario. Belchite.

Las ruinas de Belchite más conocidas por todos son las que se encuentran en el pueblo viejo. Pero no son los únicos vestigios de la Guerra Civil que podemos encontrar en esta localidad zaragozana. A menos de un kilómetro después del acceso principal al pueblo, siguiendo por la carretera dirección Lécera y nada más cruzar el río Aguasvivas, encontramos lo que parece una antigua iglesia en ruinas. Se trata de la iglesia del antiguo seminario de Belchite, siendo este prácticamente el único resto que queda visible de lo que fuera este gran edificio, que, al igual que el pueblo, también sucumbió a la guerra.

El acceso al interior de la iglesia no es recomendable dado su estado ruinoso, pero desde la puerta se puede observar su interior, impresionando principalmente el gran agujero en el que se ha convertido su techumbre. Recomendable es también dar un paseo por las inmediaciones de la iglesia, donde poder hacernos una idea de las dimensiones que tenía el edificio. Hay paneles explicativos con fotos antiguas del seminario que nos ayudan a conocerlo y, también, su historia y destrucción.

Como complemento, muy cerca del antiguo seminario se encuentra lo que fue un campo de concentración, conocido como ‘la pequeña Rusia’, al albergar los presos y desplazados comunistas tras la guerra. Se accede por una pista de tierra que hay frente al seminario, al otro lado de la carretera.