
Alcalá de Ebro, la Ínsula Barataria del Quijote
Alcalá de Ebro, a poco más de 30 kms. de Zaragoza, ha sido tradicionalmente identificada como el escenario más probable de la Ínsula Barataria, el territorio ficticio que Miguel de Cervantes asigna a Sancho Panza en la segunda parte de Don Quijote de la Mancha. Esta atribución, aunque no confirmada de forma explícita en la obra, ha sido aceptada por buena parte de la comunidad académica y se ha integrado en el patrimonio cultural del municipio.
La Ínsula Barataria representa uno de los episodios más significativos de la novela. En él, Sancho Panza asume brevemente un cargo de gobernador otorgado por una pareja de nobles. Esta situación, concebida como una burla, permite a Cervantes desarrollar una reflexión crítica sobre el poder, la autoridad y la experiencia de gobierno. La trama ocupa varios capítulos y muestra cómo Sancho, a pesar de su falta de formación, aplica decisiones con sentido común, aunque finalmente renuncia al cargo por agotamiento y decepción.
Fundamentos de la atribución a Alcalá de Ebro
La identificación de Alcalá de Ebro como Ínsula Barataria se remonta al siglo XVIII, cuando el erudito Juan Antonio Pellicer, bibliotecario real y cervantista, propuso esta localización. Su razonamiento se basó en dos elementos: la propiedad histórica del pueblo por parte de los Duques de Villahermosa y la cercanía con Pedrola, lugar asociado al palacio de los Duques en la novela. En la obra, Cervantes describe la ínsula como un lugar de mil vecinos perteneciente al Duque, lo que encaja con las características de la zona en aquella época.
Esta interpretación se ha mantenido a lo largo del tiempo, aunque no está exenta de debate. Algunos estudios recientes, como los del investigador Ángel Cantín Valenciano, plantean que Pellicer pudo tener motivos personales o ideológicos para esta atribución. Aun así, la asociación entre Alcalá de Ebro y la Ínsula Barataria ha adquirido un carácter consolidado en el imaginario cultural aragonés.
Patrimonio cultural vinculado al Quijote
A partir de esta identificación, Alcalá de Ebro ha desarrollado un conjunto de actividades y elementos patrimoniales que refuerzan su relación con la novela. En 2017, se instaló una escultura de Sancho Panza junto a su burro, obra del artista local Luis Hernández Albalate. Esta figura forma parte de un conjunto escultórico que también incluye a Don Quijote y a Cervantes, distribuidos por diferentes puntos del municipio.
Desde el año 2005, se celebra en la localidad un Mercado Cervantino. Este evento, ambientado en el siglo XVI, incluye puestos de artesanía, talleres para todos los públicos y representaciones teatrales. Uno de los elementos destacados del mercado es la oferta gastronómica, entre la que figura la olla podrida, un plato tradicional que se asocia con la época y que se sirve en versiones con y sin carne.
La conexión con la Ínsula Barataria también está presente en el ámbito educativo. El centro rural agrupado que opera en la zona lleva por nombre CRA Ínsula Barataria, con una de sus sedes en Alcalá de Ebro. Esta denominación refuerza el vínculo entre el legado literario y la identidad local, y contribuye a su difusión entre las nuevas generaciones.