Viajar en otoño también tiene su encanto, principalmente para viajes cortos y escapadas. Es ahí donde toma ventaja la cercanía de las localidades que forman parte de la provincia de Zaragoza, que por su cercanía a la capital zaragozana se convierten en el destino perfecto para disfrutar de una escapada.
Cinco destinos para este otoño en la provincia de Zaragoza
Índice
Trasmoz
El pueblo de Trasmoz reúne varias condiciones para ser visitado este otoño. La primera, el encanto del Moncayo, situado muy cerca de Trasmoz y visible desde el propio pueblo. Una montaña que en esta época del año empieza a teñirse de marrón y niebla, que le da un toque casi místico. De hecho, desde Trasmoz podemos hacernos una foto desde un gran corazón metálico situado a modo de photocall con el Moncayo de fondo y la leyenda ‘La Magia del Moncayo’.
La segunda es la historia del pueblo, que pasa por ser el único pueblo maldito y excomulgado de nuestro país, una condición que mantiene viva en nuestros días todavía. Una excomunión que está relacionada con las prácticas de brujería que supuestamente se llevaban a cabo en esta localidad. Brujería que se ha convertido en insignia de Trasmoz, pudiendo encontrar varias figuras de bruja en todo tipo de adornos y elementos del pueblo.
Y, por último, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, Trasmoz celebra su particular noche de ánimas con la fiesta Luz de las Ánimas, una jornada festiva en la que los trasmoceros decoran el pueblo con calabazas y velas y celebran varias actividades, entre la que destacan la Procesión de las Ánimas, un acto religioso en el que se reza por las almas de los difuntos en el que se entona el cántico recuperado ‘Los gozos de las almas benditas’ y la Calle de las Ánimas, un recorrido de terror por las calles del pueblo. En este 2022, la Luz de las Ánimas de Trasmoz se celebra el sábado 29 de octubre.
El Frago
Posiblemente hayas oído hablar de este pequeño pueblo de las Cinco Villas por sus aparición en numerosos medios de comunicación como televisión, radio o periódicos por su lucha contra la despoblación, y es verdad que lo están consiguiendo a base de todo tipo de acciones imaginativas.
Y si no le faltan razones para vivir en él tampoco para visitarlo. Situado en lo alto de un cerro, El Frago está rodeado de montañas y bosques que en otoño se llenan de tonos amarillos y marrones que invitan a dar un paseo entre hojas secas.
Su casco histórico es de estilo medieval, con casas de piedra y calles en cuesta. Obligada visita es la Iglesia de San Nicolás de Bari, situada en lo alto de un recinto amurallado. De estilo románico, destaca su portada lateral, donde están talladas a modo de calendario figuras que representan las labores y festividades típicas de cada mes del año, lo que lo convierte en un elemento único del románico aragonés. La obra es del prestigioso Maestro de Agüero (o de San Juan de la Peña), no faltando su tradicional bailarina contorsionándose. Si tienes oportunidad de visitar el interior de la iglesia, no dejes de visitar la cripta donde destaca la imagen del Santo Cristo, obra del s.XVI que hay quien la atribuye al maestro Gabriel Yoly.
Pasear por sus calles anima a sentir que se ha detenido el tiempo, disfrutando de esa calma típica de los pueblos pequeños, que en otoño se mezcla con el olor a leña quemada. De sus calles destacan las dos principales, Mayor y San Nicolás, el Terrao, un mirador que ofrece una magnífica panorámica del Valle del Arba, y la antigua judería, en el entorno de la calle Infantes. También podemos encontrar restos y elementos judíos en otras partes del pueblo, lo que da fe de la importancia de esta comunidad en el pasado del pueblo.
Gallocanta y su laguna
Salir a la naturaleza antes que llegue el frío del invierno es algo de lo que nos gusta disfrutar, verdad? Una de las opciones más destacadas que podemos encontrar en la provincia de Zaragoza es la laguna de Gallocanta, que además es la excusa perfecta para conocer pueblos de su entorno, como el propio Gallocanta, Bello, Berrueco, Las Cuerlas y Tornos, que a priori puede parecer que no nos ofrecen nada pero que pasear por sus calles nos depara disfrutar del típico encanto de los pequeños pueblos.
El otoño se convierte en una de las épocas principales del año para visitar la laguna de Gallocanta y su entorno. Y es que con la llegada del frío a los países del norte de Europa son miles las grullas que hacen parada al comienzo del otoño en su viaje a las tierras cálidas del norte de África. Cada otoño, hasta comenzar la primavera, llegan por miles en ordenadas formaciones, habiendo llegado a contabilizar hasta los 60.000 ejemplares. Un auténtico espectáculo visual y sonoro que merece la pena vivir.
Si haces la visita con niños, es recomendable visitar el centro de interpretación de la reserva natural de la laguna de Gallocanta, situado en la carretera que une Bello y Tornos, donde poder recabar más información sobre las especies que habitan en la laguna y sobre las grullas. Desde este centro de interpretación también se organizan visitas guiadas a la laguna, especialmente en las épocas en las que el flujo de aves es mayor. En otoño se programan actividades a partir de noviembre. El entorno de la laguna también dispone de rutas señalizadas y miradores que facilitan el avistamiento de aves. También es recomendable la visita al Museo de las Aves, en la carretera que une Gallocanta y Berrueco.
Ah! Y si te gusta la fotografía, seguro que disfrutas haciendo fotos de este entorno natural, especialmente al amanecer en las primeras horas del día y al atardecer, donde el reflejo de la luz del sol en las aguas de la laguna y las aves volando harán que realices unas composiciones realmente bonitas!
Moros
Moros es un pueblo encantador situado en la comarca de Calatayud que este verano ha sido tristemente conocido por el incendio que devastó gran parte de su término municipal y que incluso llegó a quemar algunos edificios y casas del pueblo.
Paseando por sus calles estrechas calles llegamos casi sin darnos cuenta hasta la parte baja del pueblo, a la vega del Manubles, en un paseo con mucho encanto pero que a la hora de hacer el camino de vuelta nos daremos cuenta de lo empinadas que pueden ser algunas de sus calles, algo que también tiene su encanto, pero cabe recordarlo y guardar fuerzas para cuando retornemos al punto de partida.
Y puestos a pasear, una pequeña excursión desde Moros es recorrer el camino que nos lleva hasta la cercana ermita de la Virgen de la Vega, rodeado de campos de frutales y cerca del curso del río Manubles, ideal para vivir la sensación del otoño en Moros.
Si hay algo que no podemos dejar de hacer al visitar Moros es admirar las vistas que nos ofrece el mirador de San Blas, desde donde ver como el casco urbano del pueblo cae a lo largo de toda la ladera en la que se sitúa el pueblo. Si observas con detenimiento las casas, verás cómo son numerosas las que tienen varias plantas que comienzan en la calle inferior y terminan en la superior o superiores. A este mirador se accede por un callizo frente al Ayuntamiento, que si bien está bien señalizado, en caso de duda de su ubicación es recomendable el Google maps que nunca falla, preguntar a la gente del pueblo que nos encontremos por la calle 😉
Fuendetodos
Fuendetodos, la cuna natal de Francisco de Goya, nuestro aragonés más universal, es siempre una visita recomendada, en cualquier época del año. Y es que Fuendetodos ha sabido hacer de la figura de Goya su mayor exponente para mostrar otras opciones no menos llamativas.
Y es que esta localidad zaragozana basa su oferta turística en la cultura y en la naturaleza, siempre de manera respetuosa con el patrimonio. Podemos visitar la casa en la que nació Francisco de Goya, el Museo dedicado a sus series de grabado, pasear por sus tranquilas y amables calles, vistas como las vio el, el arte urbano o sus peculiares “Neveros”, entre otras cosas.
Y no nos podemos olvidar de recorrer sus hoces y focinos cercanas al pueblo, que con su propio microclima nos ofrecen durante el otoño una serie de tonalidades y colores que seguro nos sorprenden.
De cara a este otoño han preparado una serie de actividades, como son las visitas guiadas al pueblo, que se realizan todos los fines de semana y festivos por la mañana, o visitas especiales como la que recorrerá el primer fin de semana de noviembre los antiguos neveros de la localidad. También podemos encontrar otras relacionadas con la cultura, como talleres de fotografía de igualdad (29 de octubre), talleres de cortometrajes (29 de octubre), o un taller de grabado para familias que se pondrá en marcha próximamente para que las familias que visiten el municipio puedan realizar su propio grabado.
En definitiva, una visita otoñal ideal para los amantes de la cultura y la naturaleza.
Porqué viajar en otoño
Viajar en otoño tiene sus ventajas. Estas son sólo cuatro de ellas:
Menos calor
Las temperaturas de los meses otoñales son más suaves que en verano y la primavera. Si bien es cierto que igual para turismo de playa puede llegar a ser un inconveniente, para el turismo de interior o cultural, como es este que os proponemos dentro de la provincia de Zaragoza es una gran ventaja.
El tiempo de principios del otoño es el adecuado para hacer senderismo por caminos que en verano no hay ni una sombra o para visitar destinos que son extremadamente cálidos o extremadamente fríos en otras épocas del año.
Colores
Es en otoño cuando los colores vivos desaparecen a favor de colores rojos y anaranjados que conquistan los árboles de hoja caduca. Las calles de las ciudades se ven inundadas por un río de hojas secas, mientras que en los valles de las montañas comienza un espectáculo cromático que merece la pena ser visto.
Sabores de temporada
La gastronomía es siempre un motivo para viajar, y con el otoño y la llegada del frío recuperamos los platos de cuchara y las carnes guisadas. El otoño es también época de setas, y es que es en esta época cuando la recolección de los hongos es más abundante, para después aprovechar para cocinarlos y disfrutar de sus sabores en las cartas de numerosos restaurantes de nuestra provincia.
Tranquilidad
Aunque si bien es cierto que cada vez son más las personas que deciden viajar en otoño debido a que los precios son más bajos que en temporada alta, sigue siendo una época tranquila. Si sois de los que os gusta disfrutar de los destinos sin grandes aglomeraciones de gente, ésta es vuestra estación. Será más fácil encontrar sitio en los restaurantes para cenar, alojamiento en los mejores hoteles, mesa en el bar de moda…