La restauración de la cúpula del Palacio Episcopal de Tarazona realza su valor artístico
La reciente restauración de la cúpula del Palacio Episcopal de Tarazona ha permitido recuperar uno de los conjuntos arquitectónicos más destacados del Renacimiento aragonés. Durante los nueve meses de intervención, impulsados por la Fundación Tarazona Monumental, se han descubierto dos frisos del siglo XVI ocultos durante siglos bajo capas de cal. El hallazgo sitúa este espacio a la altura de la Catedral de Tarazona, reconocida como una de las joyas artísticas más importantes de la ciudad.
Los trabajos han incluido la limpieza de esculturas, la reintegración cromática de pinturas murales y la reparación de grietas estructurales. Los frisos redescubiertos muestran motivos decorativos en grisalla y textos en pan de oro sobre fondo azul. Uno de ellos, con inscripciones del Génesis, refuerza el sentido simbólico del conjunto al representar la conexión entre el cielo y la tierra a través de la escalera que sostiene la cúpula.
El restaurador Miguel Ángel Agoiz ha señalado que la calidad de los frisos supera las expectativas iniciales y que su valor artístico puede compararse con el de las obras renacentistas más relevantes de Tarazona, como la fachada del Ayuntamiento o la propia Catedral.
Un programa iconográfico que une fe y poder
La escalera noble sobre la que se levanta la cúpula fue construida entre 1549 y 1552 por el maestro alarife Juan de León el Viejo. El conjunto, de estructura dodecagonal, se culmina con una linterna y presenta una compleja iconografía. Las decoraciones, atribuidas al artista Alonso González, fueron encargadas por el obispo Juan González de Munébrega y combinan retratos de Carlos V, Felipe II y del propio obispo.
El programa artístico mezcla símbolos religiosos, mitológicos y monárquicos con una clara intención propagandística. Las figuras de Júpiter y sus amantes, junto con alegorías de virtudes, refuerzan la idea del poder divino del monarca. Según la Fundación Tarazona Monumental, esta composición convierte el espacio en una alegoría de legitimación real, integrando arquitectura y teología.
El Palacio Episcopal recupera su esplendor
Con la restauración de la cúpula del Palacio Episcopal de Tarazona, el edificio declarado Bien de Interés Cultural en 2020 recupera parte de su esplendor original. Las obras han permitido estabilizar la estructura y devolver el valor narrativo a un conjunto que había sufrido alteraciones con el paso del tiempo.
La Fundación Tarazona Monumental, en colaboración con el Ministerio de Cultura, la Diócesis y el Ayuntamiento, prepara ya una nueva fase centrada en el llamado “Nuevo Salón de Obispos”, del siglo XV. El Palacio, que en su origen fue zuda musulmana y residencia episcopal desde el siglo XIV, ofrece hoy visitas guiadas de martes a domingo, permitiendo al visitante recorrer sus estancias nobles, zonas residenciales y antiguos calabozos.
La restauración de la cúpula no solo recupera un espacio artístico excepcional, sino que consolida el papel del Palacio Episcopal como uno de los referentes culturales de Tarazona y del patrimonio renacentista aragonés.



