
Las Semanas Santas de Aragón que no te puedes perder
Declaradas Fiestas de Interés Turístico
La Semana Santa en Aragón se ha consolidado como una de las expresiones culturales y religiosas más relevantes del calendario festivo de la comunidad. Con celebraciones que abarcan desde las grandes capitales hasta pequeñas localidades con siglos de historia, esta festividad ofrece una visión profunda del arraigo religioso, el patrimonio inmaterial y la participación ciudadana. En 2025, la Semana Santa se celebrará del 13 al 20 de abril.
Zaragoza, junto con los nueve municipios que integran la Ruta del Tambor y del Bombo del Bajo Aragón, ha sido reconocida como Fiesta de Interés Turístico Internacional. Más de doce mil cofrades y cuatro mil instrumentos participan en las procesiones zaragozanas. La más destacada es la del Santo Entierro, que se celebra en la noche de Viernes Santo y reúne a todas las cofradías. El sonido de tambores, bombos, matracas y carraclas acompaña a los pasos en un acto multitudinario que atrae visitantes de toda España.
Uno de los momentos más característicos de la Semana Santa en Aragón es «Romper la hora«, una manifestación sonora y visual que ocurre a medianoche del Jueves Santo en varias localidades del Bajo Aragón como Híjar, Alcorisa o Samper de Calanda. El estruendo de cientos de tambores y bombos tocando al unísono simboliza el inicio del luto y produce un efecto impactante que ha traspasado fronteras.

Semana Santa en Huesca, Barbastro y otras localidades destacadas
La Semana Santa de Huesca, declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón, es una de las más significativas de la comunidad. Conocida por la calidad artística de sus pasos y la implicación de sus cofradías, alcanza su punto álgido el Viernes Santo a las 19 h, cuando se celebra la procesión del Santo Entierro con 19 grupos escultóricos. También destaca la representación de La Pasión en el Teatro Salesiano, que se celebra desde 1947 y cuenta con la participación de más de 150 intérpretes.
Barbastro, en la provincia de Huesca, también celebra una Semana Santa con gran tradición. Sus cofradías, cuya fundación se remonta al siglo XIII, mantienen vivas las procesiones y actos litúrgicos que le han valido el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
En la provincia de Teruel, Teruel capital destaca por la procesión general del Santo Entierro, el Baile de la Virgen y la Rompida de la hora. Calanda, además de su participación en la Ruta del Tambor y del Bombo, protagoniza uno de los actos más reconocidos: la rompida del mediodía del Viernes Santo.
En Zaragoza, Calatayud y Tarazona ofrecen celebraciones con fuerte carga histórica. En Calatayud, más de 4.500 personas participan en la Gran Procesión del Santo Entierro, mientras que en Tarazona se pone especial atención en dos actos: el Vía Crucis del mediodía y el Descendimiento de la tarde, ambos el Viernes Santo.
Además de las celebraciones reconocidas a nivel internacional y nacional, quince localidades han sido distinguidas con la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Aragón. Entre ellas se encuentran Jaca, Valderrobres, Caspe, Tauste, Rubielos de Mora, Pinseque y Ejea de los Caballeros. Cada una de estas poblaciones mantiene viva una tradición propia, con peculiaridades que enriquecen el conjunto de la Semana Santa aragonesa.

En Alcorisa, el Drama de la Cruz tiene lugar el Viernes Santo a las 17 h en el Monte Calvario. Más de 300 vecinos participan en esta representación que recrea la Pasión y Muerte de Jesús con gran rigor histórico. Ayerbe, por su parte, acoge en años alternos el auto sacramental de la Enclavación, una dramatización que se desarrolla en absoluto silencio durante la noche de Jueves Santo.
La Semana Santa en Aragón combina solemnidad, participación popular y patrimonio, convirtiéndose en un motor cultural y turístico de primer orden. Ya sea en grandes urbes o en pequeños municipios, esta celebración sigue atrayendo cada año a miles de visitantes por la fuerza de su simbolismo y el esfuerzo colectivo de quienes la hacen posible.
Fuente: Turismo de Aragón