La localidad de Grisel, situada en la comarca de Tarazona, celebra la fiesta de las Cortesías de Grisel, una arraigada tradición popular que se remonta, al menos, hasta el siglo XIX. Las Cortesías de Grisel está declarada como Fiesta de Interés Turístico en Aragón desde 2019.
La historia de las Cortesías de Grisel se remonta a 1596. Los moriscos se asentaban en Grisel y en Samangos, que antes era un poblado y actualmente es una ermita. Los que se habitaban en Samangos se vieron atraídos por el estilo de vida de Grisel, ya que los moriscos que vivían en Grisel que eran más bien artesanos, vivían mucho mejor que ellos que tan sólo eran agricultores. Es entonces cuando los moradores de Samangos deciden trasladarse a Grisel porque pensaron que aquí vivirían mejor.
El Cabildo de Tarazona, que era dueño de los dos pueblos, vio peligrar su hacienda ya que sus fieles arrendatarios del pueblo de Samangos se marchaban. Por este motivo, el Cabildo de Tarazona dio orden de que todos los moriscos procedentes de Samangos que vivían en Grisel tenían que volver a ocupar de nuevo sus tierras y de esta manera asegurarse su renta.
Las Cortesías de Grisel recrean la despedida que los habitantes de Grisel, apenados, hicieron a sus vecinos recorriendo junto a ellos un trecho del camino. Durante el acto los danzantes del paloteado bailan su danza de cortesía, con la participación de la población en la preparación y desarrollo de los actos y de la “Asociación Cultural La Diezma”.
La celebración de Las Cortesías de Grisel tiene su día grande el 23 de abril, comenzando a las 09 h. con la salida hacia la ermita de Samangos, y la representación de las Cortesías y el Dance, que se realizan en la plaza de la iglesia al mediodía. Estos dos actos son los más destacados y los que causan más interés para vecinos y visitantes entre los que se realizan por las fiestas de San Jorge, que este año se celebran el sábado y el domingo.